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 El sábado comienza una semana decisiva en el futuro futbolístico de Argentinos Juniors. Según los resultados sabremos si apuntamos a la Copa, al torneo, ó a ambos.
El Bicho enfrentará primeramente a Arsenal, en el Viaducto, y luego disputará la revancha ante Independiente, en el marco de la Copa Sudamericana, donde se verá obligado a remontar el 0-1 sufrido en el partido de ida, en Avellaneda. Para pasar a la siguiente fase, Argentinos tendrá obligatoriamente que ganar por diferencia de dos goles ó más, sea cual sea el resultado. Ejemplo: 2-0, 3-1, ó 4-2. De terminar 1 a 0 a favor, habrá penales.
Analizando el presente y las estadísticas del equipo, el panorama está un poco complicado. Sumando Apertura y Sudamericana, son 5 partidos jugados, con 2 goles convertidos, 6 goles recibidos; 2 empates, 3 derrotas y ninguna victoria.
Los números dejan poco lugar al optimismo, pero uno siempre tiene fe, confía en su equipo, en sus jugadores y en su cuerpo técnico. La mejoría demostrada en el partido con River ilusiona con una levantada en el nivel de juego y el ánimo del plantel.
Por eso, el partido con Arsenal es bisagra. Es clave. Es un trampolín. El mismo Juan Mercier lo dijo: “en cuanto ganemos, la confianza del equipo va a subir”.
Pesa en la cabeza de los jugadores el no poder ganar, sobre todo tratándose del Campeón del fútbol argentino.
Pero Argentinos transitó por estos momentos muchas veces en su historia y ha salido adelante.
Cuando todos nos dieron por muertos, el Bicho picó más fuerte que nunca. Por eso, no hay que perder la fe. Los nombres pueden cambiar, los esquemas pueden ser distintos, pero el objetivo es el de siempre: con poco, hacer mucho.
Un triunfo o un empate sería el ideal, en una cancha complicada, contra un equipo que tácticamente es fuerte y está motivado, ya que tiene 9 de 12 puntos jugados en el Apertura. Pero, que de local, ya perdió en el campeonato, en la primer fecha, ante Lanús por 2 a 1.
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