El corazón duele, dan ganas de llorar. El último campeón es último, y juega como tal. Esta tarde en Quilmes, donde hace meses el bicho ganó un partido determinante para el campeonato, Argentinos dio lástima y por momentos ni siquiera eso. Los dos peores equipos del torneo llegaban a este partido con la esperanza de que una victoria sea la tan esperada bisagra que pueda revertir la situación. Quilmes no ganaba desde abril ante Tiro Federal por el torneo Nacional y Argentinos desde el último partido del campeonato pasado, aquel 2 a 1 que le dio el título. Y el primer tiempo mostró a dos equipos dispuestos a “esperar ver lo que pasa”, en Argentinos no podía adivinarse la intención, por momentos el equipo intentaba jugar agrupado y por momentos dividido. Por momentos intentaba tener la pelota y en ocasiones revoleaba el balón al campo rival cediendo la iniciativa. Si hay que elegir a los más activos, fueron Bogado, Niell y Hernández, aunque nunca llegaron a ser desequilibrantes, de hecho Argentinos no pateó al arco en todo el primer tiempo, no mostró juego asociado y difícilmente pudo hilvanar tres pases seguidos, simplemente alternó jugadas intrascendentes. Con Basualdo reemplazando a un Ortigoza lesionado, los primeros minutos del segundo tiempo mostraron desde el inicio una diferencia, Argentinos pateó al arco y el disparo lo hizo Prósperi a los tres minutos. Segundos después, luego de una jugada un tanto afortunada, Bogado erra en su intento de enviar un córner alto y la pelota sale al ras del piso, sorprendiendo a propios y extraños, tanto que permite que Sabia convierta su tercer gol. En lo que fueron los mejores segundos de Argentinos Juniors, Niell logra la expulsión del primer jugador de Quilmes y el bicho intenta buscar la tranquilidad teniendo la pelota. Tan sólo unos minutos después, esa tranquilidad se desvanece y Argentinos, aún con un jugador más comienza a retrasarse en el terreno y a mostrarse temeroso. Algunos jugadores como Escudero y Vargas simplemente desaparecieron y un Quilmes que no pudo ganarle a ningún equipo de primera división, comienza a agrandarse, tanto que a los 15 minutos del segundo tiempo comienza a generar las situaciones más peligrosas del partido. El empate estaba al caer. Y a los 20 minutos, obviamente llegó. Luego del empate, con gesto de resignación Troglio reemplazó a Bogado por Blandi, buscando sumar gente en ataque. Y con el equipo más dividido que nunca, Argentinos sólo intentó un disparo de 40 metros. La impotencia era evidente, los minutos sólo acumulaban jugadas cada vez más peligrosas para el equipo cervecero. El campeón, simplemente rezaba por una contra exitosa. Y de esta manera llegó la expulsión del segundo jugador de Quilmes, parecía que el momento había llegado. Argentinos arrasaría con once jugadores a un Quilmes golpeado y con nueve jugadores. Error. A los 32 minutos, el segundo y merecido gol de Quilmes fue un tiro de gracia. Desde ahí y hasta el final, un equipo decidido (Quilmes) intentó hacer frente a un equipo desesperado (Argentinos), que con dos jugadores más, en lugar de rotar la pelota buscando el hueco dejado por los dos expulsados, alternaba jugadas individuales del tipo heroico con pelotazos al área. Donde hubo un equipo, solo queda un recuerdo. Y cuando parecía que ni con 10 jugadores más llegaría el empate, y tan sólo faltando 20 segundos para que se acabaran los tres minutos adicionados por el referí, fue Berardo finalmente quien pudo empatar el encuentro. El empate sirve tan sólo para arruinar el partido heroico de Quilmes, y nada más. El punto conseguido sobre el final no debe cambiar la triste imagen que esta tarde mostró Argentinos. Uno busca explicarse cómo se pasa del sueño cumplido a la pesadilla en tan sólo 8 partidos, y por más que intente reflexionarse sobre ello, lo cierto es que no hay una sola respuesta. Ni un solo culpable. A los hinchas sólo les queda esperar el partido frente a Banfield, donde se debe alentar al equipo hasta la afonía, ya sea con Troglio en el banco o sin él, los insultos, sólo sumarán nerviosismo a unos jugadores que se encuentran aparentemente sin fuerzas pero que en definitiva, deben rescatarlas de algún lado si lo que se pretende es revertir esta situación.
Síntesis:
Quilmes: Emmanuel Trípodi; Fabricio Fontanini, Leandro Gioda, Danilo Gerlo y Ariel Broggi; Charles Aránguiz, Leandro Coronel y Santiago Hirsig; Miguel Caneo y Santiago Raymonda; Juan José Morales. DT: Hugo Tocalli.
Argentinos Juniors: Nicolás Navarro; Gonzalo Prósperi, Juan Sabia, Nicolás Berardo y Sergio Escudero; Mauro Bogado, Juan Mercier, Néstor Ortigoza y Emilio Hernández; Franco Niell y Gonzalo Vargas. DT: Pedro Troglio.
Goles en el segundo tiempo: 3’ Sabia (AJ), 18’ Torres (Q), 32’ Morales (Q) y 48’ Berardo AJ). Cambio en el primer tiempo: 36’ Germán Basualdo por Néstor Ortigoza (AJ) Cambios en el segundo tiempo: 13’ Diego Torres por Leandro Coronel (Q), 23’ Nicolás Blandi por Mauro Bogado (AJ), 31’ Gustavo Oberman por Germán Basualdo (AJ), 31’ Enzo Kalinski por Santiago Raymonda (Q), 35’ Oscar Morales por Miguel Caneo (Q). Amonestados: Leandro Gioda (Q), Germán Basualdo (AJ), Leandro Coronel (Q), Gustavo Oberman (AJ) y Oscar Morales (Q). Incidencias: fueron expulsados por doble amarilla en el segundo tiempo Aránguiz y Hirsig, ambos de Quilmes. Árbitro: Patricio Loustau. Estadio: Centenario (Quilmes).
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