También se ganan partidos sin jugar bien. Y el de esta noche fue uno de esos partidos. De movida Argentinos se encontró con un América bien plantado en el campo de juego, con jugadores que conocían cómo jugaba el bicho y que sabían que la clave estaba en la mitad de la cancha. Por eso cuando a los 27 minutos del primer tiempo llegó el gol de (cuando no) Montenegro, no sorprendió demasiado. El equipo azteca sabía a que jugaba en La Paternal y Argentinos mientras tanto estaba dividido y se perdía en los pelotazos. Tras el gol se logró lo que era urgente, no irse al descanso perdiendo. Sin embargo pasaban los minutos y Argentinos seguía sufriendo el partido, las cosas parecían complicarse cada vez más cuando los volantes perdían el balón y en cada recupero de pelota, los mexicanos quedaban mejor parados contra una defensa que intentaba tapar todos los huecos que quedaban, sobre todo por el sector de Escudero, que esta noche volvió a jugar (sobre todo durante el primer tiempo) un mal partido. Y sin levantar demasiado, en uno de esos vaivenes del juego llegó el 2 a 1 y el partido se abrió para Argentinos, que evidentemente juega de una manera con espacios y de otra totalmente distinta sin los mismos. Y aunque siguió pasando momentos complicados, ya no fueron los mismos, en cada contragolpe del bicho (con el América ya entregado a empatar o morir) parecía llegar el tercero, que finalmente llegó sobre el final con un golazo de Sánchez Prette desde afuera del área. 3 a 1 y a cobrar, Argentinos Juniors puntero de su grupo. Jugó en La Paternal y ganó, que era lo que debía hacerse. Pero no se ganó jugando bien. Ahora deberá mejorarse el juego, y bastante.
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