Los primeros 45 minutos no tienen (ni merecen) análisis desde el punto de vista del Bicho. Simplemente horribles. Arsenal nos llenó de centros y pasó lo obvio. Una semana antes sabíamos que si nuestro querido equipo quería ganar, debía convertir dos goles. ¿Por qué? Porque Lisandro López nos iba a marcar un gol (como lo hacía el “Bichi” en Colón, ó Palermo en Boca). Las obviedades siempre nos pasan, y no fue la excepción. Para colmo, otra vez por arriba, otra vez de pelota parada. Ya estábamos pidiendo la cabeza de todos… Igual, ya nada importaba esta noche. Sólo exigir buen fútbol. La resignación quedó rápidamente a un lado y todo se manchó de deseo. Deseo, ganas y hambre de revertir esta mala situación. Los cánticos no paraban. A medida que el equipo jugaba peor, la gente alentaba más. Era como una ecuación. Quiero creer que esto sirvió para que los “Globetrotters de la Paternal” recuerden un poco su mística (más orgullo personal) y salgan al segundo acto con la actitud que todos nos merecemos. Diego Placente salió a respaldar al DT, y dijo que… “la culpa fue toda nuestra, Leo planteó otra cosa y no nos salió nada. En el segundo tiempo, nos metió una muy buena charla para despertarnos, y se reflejó en el juego”. Finalmente, íbamos a revivir en la nuestra. Con Núñez en cancha y Placente escapándose al ataque, llegaría el empate. Con la humildad de los grandes, nos decía: “Por suerte pude hacer un gol, pero lo que me pone más contento es la actitud y personalidad del equipo en el segundo tiempo. Leo me dio libertad, y por eso llegué al área”. Todos sabemos cómo terminó esta historia. Argentinos resucitó y demostró que tiene con qué..!! “El próximo partido lo vamos a ganar”. |
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