Final 2013, 2ª fecha: Racing Club 2 & Argentinos Juniors 0 | Bochornoso

Torneo Final 2013: Racing Club 2 & Argentinos Juniors 0

   Argentinos Juniors no juega a nada. No funciona. El partido de anoche frente a Racing fue mucho más que un partido donde se jugó mal. Fue un bochorno. Jugando así, ¿cuánto tiempo aguantará Gabriel Schurrer en su puesto? Sin embargo cabe pensar: ¿qué puede hacer un técnico si sus jugadores no conectan tres pases seguidos más allá de mitad de cancha?

   Claramente en el Bicho no hay jugadores de jerarquía de mitad de cancha para arriba, y ésto se nota mucho. Cualquier equipo que junte más o menos tres tipos que se planten de frente a la jugada, son una muralla imposible de pasar para los jugadores de Argentinos. No hay quien intente algo distinto, y con el correr de los minutos y los intentos fallidos, el equipo va a agonizando anímicamente.

   Cierto es que recién van dos fechas del Torneo Final y que los milagros ocurren, pero mucho más cierto es que no se ve ninguna luz al final del túnel. Ésto da bronca y, sobre todo, impotencia. Lo que pasó ayer en Avellaneda claramente no fue algo “normal”, si es que en el fútbol existe la normalidad. Goles como el zapatazo de Pratto la semana pasada, o el golazo de Vietto ayer, pueden pasar, pero que no se intente siquiera cortar el juego del rival, que se lo deje venir hasta la propia área, que no haya juego asociado en mitad de cancha, parece ser demasiado.

   Si hasta el negro Anangonó perdió las esperanzas y ya no intentó nada más allá del minuto 20 del primer tiempo (ayer fue, lejos, el peor partido del ecuatoriano), si Figueroa no intentó eludir a un solo jugador de Racing, y, si lo intentó, no lo pudo hacer, si Ramírez no metió un solo pase bien, si Villalva, o Barrera en el segundo tiempo, después de desbordar no encontraban a nadie, absolutamente nadie, para enviar un centro en el área rival, lamentablemente el Bicho está perdido.

   Lo que hizo Nereo Fernández en los últimos minutos no debe dejar de tenerse en cuenta, el arquero gritó con su jugada, cuando salió jugando sólo ante la impotencia de saber que no tiene a quién darle la pelota, ignorando a los jugadores del Bicho que lo miraban pero no lo ayudaban. Nereo Fernández gritó, pidió ayuda, pidió socorro.

   La gente copó el Cilindro de Avellaneda una vez más, apoyando los colores, y eso fue, sin dudas, lo mejor de la calurosa noche del viernes. Luego de la derrota se renuevan los siete días para intentar revertir algo, siete días para trabajar y por sobre todo, para volver a esperanzarnos, aunque sea ilógicamente.

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Para Argentinos Pasión, Martín Surpín
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