“Siempre tomé las decisiones que quise a lo largo de mi carrera. Siempre teniendo respeto por todos, pero eligiendo lo que me parece mejor. Estoy muy contento por estos meses en Argentinos, y me siento a mano con el club, porque me comprometí con los dirigentes que, si no ascendíamos, me quedaba. A partir de ahora, a mirar al Bicho por la tele, les deseo lo mejor. Ver al hincha de Argentinos contento, es maravilloso”.
Así, se despidió Juan Román Riquelme, a su propio estilo: móvil de televisión, periodistas de su conocimiento y con sus propias palabras, como estandarte de rebeldía. A sus 36 años, el 10 volvió a La Paternal para ganarse el cariño de los hinchas, y fue el baluarte del fugaz retorno a Primera del Bicho, en tan sólo cinco meses. Gracias y suerte, Román.
La gran inquietud del hincha se resolvió: Riquelme no sigue. En plena negociación para que siga, ahora con el equipo en Primera, el oriundo de Don Torcuato optó por dejar de jugar en el Diego Armando Maradona. Antes del adiós, el ex Villarreal y Barcelona aclaró por televisión: “No estoy peleado ni tengo problemas con nadie”, y luego calificó de “buena gente” al entrenador Néstor Gorosito, y le deseó “una feliz Navidad” al utilero Miguel Galíndez, siendo bien diplomático en su salida en cuanto a algunas disputas internas, las cuales no quedaron del todo aclaradas.
“Jugué casi todos los partidos del campeonato, disfruté cada partido con mis compañeros y con ambos cuerpos técnicos. Nunca me imaginé jugar en la B Nacional, y di lo máximo en cada partido”, analizó su paso por el Tifón, en el cual marcó 5 goles en 18 partidos. Una cifra más que interesante para el enganche, que se formó en el Semillero del Mundo y regresó, tras 18 años, de la mano de Claudio Borghi.
¿Su futuro? Un misterio. Incluso cerrándole las puertas a un posible retorno a su amado Boca, el 10 escucha ofertas, pero no descarta el cierre de su carrera profesional: “Si aparece algún equipo que me entusiasme, intentaré jugar un rato más. Si no, a disfrutar de la familia y los amigos”.
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