 Hacía mucho tiempo que no soñaba al dormir, pero esta madrugada luego de llegar de Santa Fe y tirarme en la cama, soñé. Fueron muchas estupideces sin sentido, supongo que fue una manera inconsciente de alejarme de la realidad que ayer terminó de pegarnos a todos los socios e hinchas de Argentinos Juniors en el medio de la cara: el Bicho había acabado de tener el peor descenso de su historia. Pero por supuesto, me tocó despertar y ver que nada había cambiado. Personalmente entendí que el escenario más cierto era el descenso en la 9ª fecha, cuando Argentinos cayó derrotado en San Juan, y titulé “Condenados” el análisis del partido. Pero uno como hincha, a veces elije aferrarse a la mística (y vaya si estos colores la tienen), a la suerte, o a fuerzas extrañas, y por eso mantiene la esperanza o la expectativa hasta el final, aún en la adversidad. Pero ese permiso ilusorio no debe estar permitido para aquellos que tienen y tuvieron el destino de Argentinos Juniors en sus manos, que son y fueron los responsables de decidir quiénes serían los jugadores y técnicos que nos representen. Y que, sobretodo, eligieron no hacer nada diferente en este torneo, cuando todo indicaba que debía hacerse algo urgentemente. Porque este desastre futbolístico de ser el único descenso en un torneo de 30, no es casual y si causal (el análisis preciso y las causas serán publicados en los días subsiguientes). Hace un par de años me tocó recordar junto a otros colegas la historia del Bicho en el libro 110AAAJ, y si una enseñanza debe quedar de esa experiencia, y de todo en realidad, es que todo presente tiene su pasado y su contexto, y si se consideran esas dos variables todo se hace un poco más evidente, más aún si se toman los últimos años como parte del análisis. Lo cierto es que este descenso, a diferencia de los anteriores, se siente distinto, este descenso huele mal, por más que uno revuelva no encuentra de dónde agarrarse para pensar que se puede volver rápidamente a la Primera División. Por supuesto que un descenso, aunque sea el más humillante de la historio, no hará que el orgullo de ser de Argentinos Juniors se vea afectado en lo más mínimo, el orgullo está intacto y cada uno de nosotros acompañará los colores adonde sea, en la categoría que sea, porque la identidad no desciende. Pido disculpas de antemano por hacer de estas líneas una catarsis personal, pero mi historia seguro es la misma que la de muchos de ustedes, hermanos. . |
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