Desvelo y catarsis después del robo

Se hizo difícil conciliar el sueño en la noche del domingo. El agobiante calor hizo lo suyo, pero lo vivido horas antes en el renovado Estadio Monumental completaron el combo del desvelo.

A las 02:08 de la madrugada del lunes suena el celular, alertando sobre un mensaje entrante. Era Mariano Gier, quien también fue atrapado por las implacables redes del insomnio, producto del despojo y el ultraje tan evidentes.

No es habitual desde estas páginas “salir” con este tipo de notas, pero esta vez pensamos que la ocasión lo amerita:
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“Hola. Perdón la hora, pero necesitaba hacer algo con toda la mierda que tenía atragantada con el partido de hoy.”

“Siempre supimos que atrás había un negocio y no todo era un cuento de hadas. Nada es un cuento de hadas. Ni si quiera los mismísimos cuentos de hadas.”

“No se sabe en qué huequito aparece, pero es mágico viajar 20 horas a Mendoza en un micro desvencijado. Hay algo misterioso en el calor que brindan una bandera y un gorro en una tarde de invierno y te recibís de papá cuando todos los partidos tenés que salir a explicarle a tu nene porque la gente escupe y putea o porque la cana pega por diversión.
Es que hay un pacto. Uno que todo hincha conoce desde la primera vez que pisó un estadio de la mano de su viejo. En letras doradas y con mucho fileteado, gastado por el tiempo, sólo los verdaderos hinchas podemos leerlo. El cartel dice: “Elijo creer”.”

“Y así vamos. Porque todos sabemos la verdad, pero hay un instante donde nos permitimos creer. Un espasmo en que el reloj se para y jugamos a ser nenes girando alrededor de la aguja. Hacemos, al menos lo que dura la obra, como que el actor que hace del rey de Inglaterra, es el rey de Inglaterra. Aunque todos sabemos que es un actor.”

“Será que la vida se trata de eso. Creer. Creer por un ratito que no todo lo digita una banda de gordos semidesnudos, que fuman habanos y se abalanzan sobre mujeres, despatarrados en sillones de cuero en subsuelos de mármol.”

“Si se cae el telón, si se ven los hilos, si nos damos cuenta que los gordos siempre estuvieron ahí, se nos escurre para siempre el pacto y nos quedamos solos.”

“Y el micro a Mendoza pasa a ser la cagada que es, el frío del invierno se nos vuelve indigerible, me cuestiono haber llevado todos estos años a mi pibe a un lugar tan sangriento, y el futbol se convierte en aquello que es. Un negocio de mierda que rebalsa como cloaca.”

Mariano Gier.

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NdeR:
Mariano, pertenece al grupo del Taller Literario de Argentinos Juniors, “El Gickbonio”, que se formó como una de las tantas actividades del 2020, en medio de la pandemia, y que este año inicia su cuarto período consecutivo de trabajo.

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