Argentinos Juniors es el “tenedor libre” al que cualquier equipo del torneo puede asistir y llevarse tranquilo los tres puntos. El Bicho pelea el último puesto de su zona y fue derrotado en los últimos cuatro encuentros de manera consecutiva, no gana hace 7 partidos y para colmo, su DT está convencido que tanto su trabajo como el de sus dirigidos es correcto.
La decadencia que comenzó en el momento de la renuncia de Gabriel Milito se profundiza semana a semana. La incompetencia de Pablo Guede es mayúscula pero no debe sorprender, está apenas debajo del promedio de puntos que obtuvo en sus últimos tres equipos (Hoy tiene 29%, en Tijuana 33% en 32 partidos, en Necaxa 42% en 11 encuentros y en Málaga 26% en 14).
En seis de los ocho equipos que dirigió en su carrera duró menos de un año y en la mitad de ellos apenas permaneció en su cargo entre cuatro y seis meses.
Esta tarde, fue Instituto de Córdoba el equipo que se aprovechó del pésimo presente futbolístico de Argentinos, el equipo de Diego Dabove con poco y nada logró quebrar el partido tras el penal de Alexis M. Arias y cuando se vio apurado consiguió en un cúmulo de asociaciones, exponer el desastre que es el equipo de Guede.
Pero hay una génesis de este presente; Cristian Malaspina dijo una cosa e hizo otra, el 1 de septiembre manifestó públicamente: “ahora empieza el interinato de Zermatten y como dirigencia vamos a estar con la mente fría para tomar la mejor decisión, sin apurarnos, para buscar aquel hombre que permita continuar con este lindo proyecto”. Pablo Guede firmó menos de 7 días después siendo según el presidente “el hombre correcto para seguir por la senda del crecimiento”.
Pablo Guede dijo una cosa e hizo otra, dijo: el equipo “tiene (tenía) un funcionamiento que es muy claro y me gusta” y aseguró rebosante de alegría “yo tengo que continuar todo lo lindo que hizo Gaby, de mantener esa línea y de a poco, ir tratando de dar unas pinceladas de lo que uno piensa”.
Guede cambió el equipo titular todos los partidos y semana a semana fue destruyendo el funcionamiento “claro” de Argentinos Juniors, tocó todas las líneas y hasta se dio el lujo de arrancar un partido con el goleador del torneo en el banco de suplentes.
Hizo “desaparecer” a jugadores titulares como Javier Cabrera y a otros que decían presente muy seguido en el equipo de Milito como Pablo Minisalle y Thiago Nuss.
A la hora de los cambios continuó ejemplificando semana a semana lo “complejo” de sus pensamientos. Utilizó tres ventanas con diferencia de un par de minutos, insistió en reiteradas ocasiones con Alan Lescano y Matías Vera (que en todo el ciclo Milito habían tenido pocos y malos partidos) e incluso hoy, preparó a Vera para “ir a ganar el partido”, pero con el empate transitorio de Luciano Gondou decidió que ya no era tan importante su ingreso, que lo mejor era esperar y con el empate lanzar a Román Vega a cubrir un fondo que quedaba expuesto tras la “subida” del equipo en su búsqueda de la victoria.
En 9 partidos sacó a Torrén, puso a Torrén, Sacó a Villalba, puso a Villalba, Saco a Di Césare y puso a Galván y volvió a poner a Di Césare. Puso a Alan Rodríguez por derecha, luego por izquierda de externo y hoy lo puso por adentro. Con Francisco G. Metilli hizo lo mismo pero del otro lado. Hizo jugar a Santiago Montiel de titular y de suplente, puso a Mariano Bittolo.
Jugó con tres delanteros y jugó con dos, jugó con Leonardo Heredia de titular y de suplente, jugó con Redondo adelantado y con Redondo retrasado, lo puso a Moyano, lo sacó a Moyano. En definitiva y sintéticamente: convirtió al equipo en un naufragio sin brújula ni capitán.
Los jugadores también tienen su cuota parte de responsabilidad y no es menor. Creer que “se olvidaron” de lo bien que jugaban como equipo, o sostener públicamente que no hay internas ni explicaciones por fuera de “una mala racha”, es tomar a los hinchas por ingenuos.
Y si, Fernando Rapallini también hizo lo que sabe hacer. El árbitro adicionó 7 minutos cuando la jugada del penal de Instituto demoró el partido 9 minutos para su definición. Sin contar los cambios y las lesiones que también sumaron varios minutos.
En definitiva, Argentinos Juniors está metido de lleno en un proceso de autodestrucción y el pozo, hoy parece no tener fondo y las consecuencias son difíciles de prever. El ciclo de Guede es un ciclo de descenso y los jugadores (más allá de los tremendos goleadores y alguna excepción) demuestran poco y nada de amor propio y vergüenza futbolística.
Sin respuestas y sin esperanzas razonables, Argentinos Juniors deberá enfrentar a Vélez en La Paternal el próximo sábado.
https://www.youtube.com/watch?v=fX2Ogbu67vU
Síntesis:
Argentinos Juniors (1): Alexis Martín Arias, Jonathan Galván, Marco Di Cesare, Lucas Villalba, Kevin Coronel, Francisco González Metilli, Alan Rodríguez, Mariano Bittolo, Federico Redondo, Luciano Gondou, Gabriel Ávalos.
DT: Pablo Guede
Instituto (2): Manuel Roffo, Juan Franco, Ezequiel Parnisari, Fernando Alarcón, Lucas Rodríguez, Matías Romero, Roberto Bochi, Gastón Lodico, Braian Cuello, Adrián Martínez, Gregorio Rodríguez.
DT: Diego Dabove
Árbitro: Fernando Rapallini (Mal)
Estadio: Diego Armando Maradona