Pablo Guede: Fin de ciclo

Pablo Adrián Guede finalizó su vínculo con Argentinos Juniors luego de la abultada derrota en Santa Fe a casi un año de su llegada. Esta es la historia de un técnico que demostró no ser el adecuado para dirigir el primer equipo de Argentinos luego de la salida de Gabriel Milito.

Antecedentes

Gabriel Milito renunció “intempestivamente” el 30 de agosto de 2023 luego de que el Bicho fuera eliminado de la Copa Argentina y dejó a todos “patas para arriba”. El DT había logrado desplegar (en líneas generales) un juego que sin dudas rememoró los mejores años del Bicho y luego de 135 partidos y más de dos años al frente del equipo puede decirse que representaba los valores futbolísticos que nos enorgullecen.

El equipo tenía un juego ofensivo y buscaba ser protagonista en cada cancha que le toque jugar. Su salida, sin embargo, evidenció problemas en el plantel que se habían trasladado al campo de juego y que, como líder del grupo, Milito había sido incapaz de resolver.

 

Por qué Guede

El 1 de septiembre Cristian Malaspina manifestó públicamente: “ahora empieza el interinato de Zermatten y como dirigencia vamos a estar con la mente fría para tomar la mejor decisión, sin apurarnos, para buscar aquel hombre que permita continuar con este lindo proyecto”.

Pablo Guede firmó 9 días después de la salida de Milito siendo según el presidente “el hombre correcto para seguir por la senda del crecimiento”. La sorpresa de su rápida llegada al Bicho era tan grande como las miradas que caían sobre el flamante entrenador que hacía varios años no dirigía en el país y del cual se había “perdido el rastro” tras su paso por Chile. Se renovaban las esperanzas luego del duro golpe que significó la salida del ahora técnico del Atlético Mineiro.

Un curriculum que no convencía

Malaspina dijo en reiteradas ocasiones que había querido traer a Guede en 2016, lo imaginaba como el DT que se haga cargo del equipo en caso de ganar las elecciones. En dicha ocasión Guede (que venía de buenas actuaciones en Chicago y Palestino) optó por ir a San Lorenzo y Carlos Mayor fue el candidato que lo reemplazó y finalmente asumió tras la asunción de Malaspina. Pero lo cierto es que, desde esa fecha, en la que era entendible y hasta justificable su llegada, hasta el momento de su firma con el Bicho en 2023 pasó mucho tiempo.

Argentinos ya no era el mismo, sus necesidades ya no eran las mismas y especialmente Guede no era el mismo (en el sentido de los resultados por los que había convencido en 2015).

Luego de su buen paso por San Lorenzo y Colo Colo dirigió al Al Ahli de Qatar, al Monarcas Morelia, al Tijuana y Necaxa de México y al Málaga de España. En seis equipos que dirigió a lo largo de su carrera duró menos de un año y en la mitad de ellos apenas permaneció en su cargo entre cuatro y seis meses. En Tijuana su porcentaje de efectividad fue del 33% en 32 partidos, en Necaxa 42% en 11 encuentros y en Málaga 26% en 15.

Su carrera como entrenador estaba en franca decadencia y estos datos no debieron ser pasados por alto al momento de su contratación. Pero Guede firmó. Al llegar, Guede aseguró que el equipo tenía un funcionamiento que era muy claro y le gustaba. “Tengo que continuar todo lo lindo que hizo Gaby (por Milito), de mantener esa línea y de a poco, ir tratando de dar unas pinceladas de lo que uno piensa”.

Sin embargo, en muy poco tiempo quedó claro que eso fueron sólo declaraciones para la prensa o meramente un mensaje de intención, pero lejos de su capacidad para llevarlo a cabo.

El equipo de Guede

Luego de dos victorias que a la distancia fueron las que permitieron que el equipo termine clasificando “por la ventana” a la Copa Sudamericana de este año, el equipo comenzó a desmoronarse. Para fines de octubre las críticas sobre los “inventos” de Guede llovían de todos lados y eran más que justificadas.

Nadie entendía que era lo que quería el entrenador, ya en aquel entonces lo propuesto por Guede rozaba la ridiculez. Frente a Huracán (1-2 el 25/10/2023) Francisco González Metilli era ubicado por la derecha en lugar de “Cabrera”, teniendo al mismísimo Cabrera en el banco (y si no le gustaba Cabrera tenía a Thiago Nuss) y Alan Rodríguez  debía hacer su trabajo por la izquierda, teniendo a Santiago Montiel a disposición. Solo un ejemplo.

En conferencia de prensa post partido, Guede dijo que todavía no encontraba la manera de explicar donde estuvieron sus errores.

Para noviembre de 2023 el proceso autodestructivo del equipo era evidente.

Finalizó el año y gracias también a resultados ajenos, el equipo clasificó como se dijo antes, a la Sudamericana, manteniendo vigente la hermosa tradición generada en los últimos años de siempre jugar torneos internacionales.

Frente al pedido de explicaciones de los hinchas, a comienzos de diciembre, Malaspina brindó una charla en el Diego Armando Maradona donde respaldó enfáticamente al entrenador, dejó en claro que los problemas del plantel hubieran afectado a cualquier DT que se hubiera hecho cargo del equipo y que mercado de pases mediante, los resultados iban a llegar.

“Ojalá que en unos meses me tengan que pedir disculpas”, aseguró el presidente en dicha ocasión.

Llegó el mercado de pases, salidas y llegadas, “limpieza”, barajar y dar de nuevo. Otra vez, las esperanzas eran renovadas a pesar de que para el mundo de Argentinos Juniors, el entrenador, seguía sin convencer.

Sin identidad

Febrero de 2024 y el equipo estaba claramente en formación. El DT ensayaba variantes buscando un mejor juego. Aquellos buenos funcionamientos del equipo de Milito habían quedado ya en el olvido.

De local el equipo ganaba y convencía, de visitante acumulaba deudas de funcionamiento y de resultados. Hacia fines de marzo, el equipo jugó tal vez, su mejor partido y derrotó por 3 a 0 a Rosario Central en La Paternal.

Esa racha, que pudo ser el inicio de una resurrección, duró muy poco.

9 días después, comenzó a desmoronarse todo lo que se había logrado en ese puñado de encuentros en los que todavía, había algo de lo que aferrarse para mantener la confianza en el entrenador.

Llegaron la eliminación vergonzante y prematura de la Copa Sudamericana, con goleadas en contra que quedarán como hitos estadísticos de la gestión Guede (0-3 en La Paternal y 0-4 en Brasil) y una decepcionante derrota por penales ante Vélez por las semifinales de la Copa de La Liga (luego de un empate agónico y avanzar por penales en cuartos).

La confianza en el equipo estaba perdida y la relación de los hinchas con el entrenador, rota.

Llegaron más derrotas, pésimos funcionamientos. Declaraciones “poco felices” de los referentes del plantel, peores comunicaciones institucionales y un final que ya estaba prácticamente “cantado”. No podía continuar mucho más.

En cuanto al equipo, Guede no repitió el once inicial de manera consecutiva prácticamente nunca (aunque en ocasiones puede suponerse que las lesiones se lo impidieron). Sólo lo hizo en la doble fecha de local del torneo pasado, Independiente Rivadavia y Platense.

Además de esta rotación excesiva modificó funciones, abusó del pelotazo, jugó todo por el centro y poco por las bandas, fue poco versátil, no tuvo la capacidad de acomodarse a planteos dinámicos que le proponían sus rivales, “quemó” jugadores y, sobre todo, no jugó nunca “igual” de local y de visitante. Algo que caracterizó al equipo de Milito, a los históricos equipos de Argentinos y que enorgullece siempre a los hinchas.

No todo pasa por el DT: El plantel

8 de Agosto de 2023. Argentinos era eliminado de la Copa Libertadores en Brasil, a manos de un Fluminense que tuvo la ayuda de propios y extraños. El Bicho fue robado en aquella oportunidad y se retiró con la frente alta del Maracaná. Repasemos el plantel del Bicho para dicha competencia:

Martín Arias, Alexis (no está más)

Lanzillotta, Federico (no está más)

Acosta, Miguel (sigue)

Mac Allister, Kevin (no está más)

Di Césare, Marco (no está más)

Villalba, Lucas (no está más)

Domínguez, Fabricio (no está más)

Sánchez, Luciano (no está más)

Torrén, Miguel Ángel (no está más)

González, Leonel (no está más)

Minissale, Pablo (no está más)

Bíttolo, Mariano (no está más)

Vega, Román (sigue)

Redondo Solari, Federico (no está más)

Cabrera, Marcelo Javier (no está más)

González Metilli, Francisco (no está más)

Montiel, Santiago (no está más)

Rodríguez, Alan  (sigue)

Moyano, Franco (no está más)

Herrera Ares, José María (sigue)

Vera, Matías (no está más)

Cardozo López, Juan José (sigue)

Lescano, Alan (sigue)

Ferreyra, Facundo (no está más)

Verón, Gastón Nicolás (sigue)

Ávalos, Gabriel (no está más)

Nuss, Thiago (no está más)

Heredia, Leonardo Matías (sigue)

Gondou, Luciano (sigue)

Cabral, Rodrigo (no está más)

Sólo continúan en Argentinos 9 de aquellos 30 jugadores (con el agregado de que Cardozo, Vega y Lescano no tuvieron minutos en esa Copa Libertadores). 2/3 del plantel fue renovado.

Esto no tiene por qué ser algo negativo per sé, de hecho hoy tenemos 23 de 25 jugadores propios del club y eso es celebrable, además había consenso en la necesidad de una renovación en el plantel (algunos ciclos estaban terminados). Pero esta renovación era muy difícil que logre alinearse con los objetivos propuestos (especialmente el de la consecución de la 6ta. Estrella), los planteles necesitan tiempo y, sobre todo, trabajo.

Conseguir resultados con un plantel plagado de promesas cuenta con la necesidad de tener un DT capaz de potenciarlos al extremo y/o jugadores que los complementen y tengan la jerarquía y experiencia necesarias para hacerlos jugar de manera competitiva.

No es hablar con el diario del lunes, al iniciar el año era evidente que no se contaba con ninguna de ambas herramientas. Lo cierto es que, con el paso de las fechas y las frustraciones, los jugadores también bajaron mucho su nivel. Pero es difícil en este sentido, no terminar “cayendo” en quien los hace jugar.

La relación CD – Guede y las formas

Pero el apoyo de Malaspina hacia Guede estuvo siempre, a pesar de todo y “contra todos” el presidente no dudó nunca de su elección, valoró el esfuerzo y dedicación que el entrenador tenía y aseguró que el diálogo y apertura que tenían con el mismo era algo virtuoso y que incluso “escuchaba las sugerencias que se le hacían”.

Algo que llama a la reflexión: ¿las sugerencias de quién? ¿Hasta dónde se influía en la toma de decisiones del entrenador? ¿Había injerencia de terceros en el armado del equipo?, preguntas que, a esta altura, poco importan.

Hay que ser crudos y realistas, nadie entendía por qué Malaspina y parte de la Comisión Directiva parecían estar dispuestos a “inmolarse” por un DT que logró una unanimidad nunca vista en los hinchas. En el universo de directores técnicos, todos parten aguas y en mayor o menor medida, tienen detractores y partidarios, en el caso de Guede esa regla parece haberse roto.

El carácter del entrenador y su forma de expresarse fortalecieron el enfrentamiento con los hinchas, no hace falta repetir la secuencia de acontecimientos; prácticamente nula autocrítica y malas respuestas en las conferencias de prensa post partido, invitaciones al cine para los hinchas, críticas a los jugadores, etc.

Y en este rio revuelto, pasó de todo. Hinchas que no supieron diferenciar el proceso futbolístico de la parte institucional, llegando al insulto y la desvalorización de todo lo realizado por esta gestión (que en mi opinión y aún con aciertos y errores tiene un saldo absolutamente favorable, con un crecimiento institucional ejemplar si se recuerda el estado del club en 2015) y dirigentes que hicieron lo mismo pero en sentido inverso aumentando el descontento, como la carta abierta del secretario del club Alejandro Roncoroni en la que el fútbol pasaba a un segundo plano.

Conclusión

Las heridas sanarán y los enojos también porque siempre Argentinos Juniors estará por encima de los nombres personales. Pero esta actualidad, opuesta a la que vivíamos hace un año es la consecuencia de una mala decisión, que fue llevando a otras y que no puede ser pasada por alto a la hora del análisis y, sobre todo, de la autocrítica.

Autocrítica que debe hacerse sin importar el cómo. Puertas para adentro, puertas para afuera, pidiendo disculpas o guardándoselas detrás del orgullo, pero debe hacerse si lo que se quiere es no repetir el mismo error.

¿Se puede llegar a diciembre con un panorama favorable? Por supuesto. Llegó el volantazo. Ahora, a enderezar el rumbo.