Tristemente vemos cómo, desde hace un tiempo a esta parte, la violencia, que primero fue verbal, ahora lamentablemente pasó a los hechos, va en aumento, y pareciera no tener techo. “Escuadrones” recorren los barrios en busca de víctimas a quienes pegarles y robarles la camiseta, remera, o lo que sea que tuvieran puesto, identificando a su club. La plaza de Villa del Parque es disputada para ver quién tiene el control de la misma; peleas en los shoppings, tanto en el de Devoto como en el de Villa del Parque, están a la orden del día. ¿Cuál es el límite? Se habla de “clásico”, cuando nunca jamás hubo historia de clásico, siempre hubo una relación más que cordial entre ambos clubes; muchos hinchas del Bicho, los sábados íbamos a ver a All Boys en el ascenso, y los domingos a Argentinos, y viceversa. Las hinchadas llegaron a ser la misma; tenemos amigos en común, compañeros de colegio, compañeros de café. En 25 años sólo se enfrentaron 1 vez, sí, sólo una vez. La mayoría de los chicos que hoy hablan de clásico, o de “broncas” o “rivalidad”, nunca vieron un Argentinos Juniors – All Boys. El clásico de All Boys es Chicago. Esta violencia, que no deja de sorprender, tuvo el caldo de cultivo en los más pibes y es aprovechada por los que viven de esto. Un operativo policial para un partido que es considerado de “alto riesgo” le costará al club $90.000.-, y seguramente no será efectivo. Y costará sólo $90.000 porque el club tomó la decisión de darle a All Boys sólo 2300 entradas populares; sinó eran 200 efectivos más. Además, no se podrá abrir el Museo a la mañana, y se suspendió el partido de Reserva. Para que se den una idea de la magnitud de esta estupidez, les contamos que cuando juega Argentinos con Boca, o con River, se dispone un operativo policial de 350 efectivos. Con All Boys serán 500 efectivos, y se admitirá la mitad de público que convoca Boca o River. ¿A quién le conviene el crecimiento de la violencia, a quién le sirve? La respuesta está a la vista. La inseguridad se convirtió en un negocio. Mientras que nuestros hijos son las víctimas.
|