La calentura de los jugadores al finalizar el partido fue una prueba clara de cómo se fue dando el desarrollo del mismo y cuán grande el sabor amargo que quedó posteriormente. Es que jugar bien y perder duele. El vacío parece ser más grande allí donde alguna vez hubo algo, por eso los 10 puntos que se acariciaron primero y los 8 que después quedaban, al irse y dejar los mismos 7 de la previa parecen haber sido robados. Argentinos cayó en tierras aztecas derrotado más por el factor físico que por el América, que sólo tuvo sus oportunidades intentando convertir desde un tiro libre o desde un zapatazo de media o larga distancia. Es que el planteo del Bicho había sido inteligente, jugando ordenado, presionando arriba, cortando la circulación de la pelota y tratando de, con el dominio del balón, generar el desequilibrio. Y así como terminó el primer tiempo, hubiera finalizado el partido de no ser por la merma física provocada por la altura, que influye. La confianza que transmitían los jugadores parecía ser la que tenían, porque dominaban el partido desde los pies de Mercier, que está volviendo a ser aquél del equipo campeón, desde Rius y desde Prósperi, que al igual que Berardo, intentaba llegar por el lateral. Niell, que hasta el entretiempo había participado muy poco, pudo a los 3 minutos del complemento reflejar el partido en el tanteador, el enano convirtió cuando no, de cabeza, anticipando un córner “a lo Niell”, en el primer palo. Y el partido se presentaba con tranquilidad, incluso después del gol Argentinos, continuó jugando como si nada hubiera pasado. Se sabía que tarde o temprano el América avanzaría, el tema era saber si el Bicho aguantaría la recta final. De a poco, la figura de Navarro se fue agrandando, participando cada vez más del juego. Mercier, Laba y Rius desaparecían, la altura comenzaba a notarse por ende, el ahogo y el cansancio, también. Bogado por Niell, Basualdo por Laba; Argentinos sabía que el empate era muy buen negocio, sin embargo faltaba mucho tiempo, los minutos se convirtieron en horas y a los 37 llegó la puñalada, el 2 a 1. Desesperado el equipo, que odia perder, buscó sin fuerzas el empate y por poco lo consigue y casi también cae por 3 a 1, revirtiendo el resultado que se había dado en La Paternal. Lo cierto es que es feo perder así, da bronca. Pero lo bueno es que la reacción de los jugadores fue la de ir a buscar lo que se les había quitado, faltó el aire y no alcanzó el tiempo, pero el Bicho sigue con buenas chances de clasificar a la próxima ronda y sigue dependiendo de si mismo. Síntesis: América de México (2): Guillermo Ochoa; Juan Carlos Valenzuela, Aquivaldo Mosquera, Diego Cervantes y Oscar Rojas; Pavel Pardo, Rosinei, Olivera y Daniel Montenegro; Esqueda y Vicente Sánchez. Estadio: Azteca, de México. |
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