Mal comienzo, pero queda camino

 

   Sin dudas que las derrotas duelen. Más si son así, con un equipo perdido en la cancha, que no liga, que le falta rodaje, unión colectiva para defenderse de los ataques, y para crear situaciones de gol. Pero no todo está perdido: recién pasó una fecha y todavía queda camino por andar. Los números pueden indicar un temeroso presente y futuro, pero los sucesos recientes han demostrado que la unión de todas las partes puede salvar al Bicho una vez más.

  Se ha decidido llevar a cabo una profunda renovación del plantel. 14 incorporaciones se hicieron (Migliore, Barisone, Sánchez, Palomino, Mbombaj -no firmó aún-, Barreto, Mirabaje, Olmedo, Vittor, Wagner, Boyero, Becerra, Miranda y Triverio), a dos de los cuales se les rescindirá (Ibáñez y Maidana), y varios juveniles dejaron el plantel. En todas las líneas encontramos nuevos jugadores, muchos de ellos con dificultades en lo físico, también en lo futbolístico y personal, ya que algunos están dando sus primeros pasos en la máxima división del fútbol argentino. Es entendible que un equipo así no funcione de una, que tenga errores, que falle, que pierda y no sepa cómo reaccionar, como le pasó en Mendoza.

  Parecía olvidado tiempo atrás, pero los temidos promedios son de nuevo los que deciden la suerte de Argentinos en Primera. Cada punto perdido, cada triunfo rival, complica y aleja las chances de supervivencia. Es angustiante esta situación. Para todos, hinchas, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico. Pero la esperanza es lo último que se pierde, y resulta imposible olvidarse de los recientes sucesos, en el Parque de la Permanencia, donde Argentinos venció -de la forma que pudo pero lo hizo- al Campeón del torneo y se quedó en Primera. A situaciones como éstas hay que aferrarse, para creer que es posible, mirar hacia delante y no caer en la desesperación y en la irremediable tristeza.

   Aunque no se juegue como el estilo y la historia del club demandan, siempre alguna gota de identidad se filtra, como las jóvenes promesas del Semillero, los hacedores de la última salvación.

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