“Fue un partido enredado, complicado, porque Arsenal va mucho de pelota parada, hace su juego”, afirmó Ricardo Caruso Lombardi tras el partido ante Arsenal, un encuentro que aburrió, que fue muy luchado a lo largo de los 90 minutos, y que contó con escasas situaciones claras de gol. No fue casualidad el empate, Argentinos se enfrentó a un equipo muy parecido, y el propio DT lo reconoció, cuando dice que “hicieron su juego” porque, claro, es el mismo que el Bicho lleva adelante desde el comienzo de este Torneo Inicial, luego de una pretemporada para trabajarlo y pulirlo.
Además de la idea de juego, los esquemas fueron los mismos: un 4-4-2 que cuenta con un sólido bloque defensivo, que apuesta al contraataque, al error del rival y a la pelota parada como un recurso “abridor” de partidos. Cuatro defensores, cuatro volantes y dos puntas, clarito, fácil de ver y duro de pasar. Por eso hubieron pocas diferencias, y los problemas para fabricar fútbol, por la férrea marcación, los tuvo el rival cuando tenía que proponer lo propio.
La única diferencia estuvo en la mitad de la cancha, donde Arsenal encargó la tarea ofensiva únicamente a Martín Rolle, mientras que, en el Bicho, esta labor estuvo repartida entre Santiago Nagüel (nuevamente improvisado de 5) y Sergio Víttor (el jugador número 1000 de la historia profesional de Argentinos Juniors). A tal punto fueron parecidos los conjuntos de Caruso y Gustavo Alfaro, que remataron la misma cantidad de veces (11) y cometieron igual cantidad de faltas (20) cuando intentaban cortar el juego del rival. Incluso, mismas amarillas: tres para cada lado.
“Fue un partido parejo, pero en el segundo tiempo podríamos haber hecho un gol”, dijo el entrenador de Argentinos. Y es cierto, eso buscó con los ingresos tardíos de Osvaldo Miranda y Daniel ‘Keko’ Villalva. Si el visitante ganaba, se subía a la punta del Torneo Inicial, al igual que si lo hacía el local. Pero pesó el hecho de que la lucha primordial del Tifón, por lo menos hoy, es mantener la categoría, y entonces el punto terminó siendo negocio. Caruso no se traicionó a sí mismo, y quedó conforme con la unidad. “Uno quiere ganar, pero el punto sirve, no hay que regalarse”, afirmó el DT. Quedan 99 puntos en juego (33 partidos de esta temporada) y la diferencia con los rivales de los promedios no es tanta, es superable a corto plazo. La prioridad es esa, y, lamentablemente, el campeonato tendrá que esperar.
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