![]() Cuando las cosas fallan, siempre hay responsables. Cada uno elija el que más le cierre o crea conveniente: jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, árbitros, o la mala fama (piedra) de una revista deportiva y sus tapas. Pero Argentinos Juniors atraviesa una crisis futbolística. Algunos señalan que la misma arrancó en 2010, cuando Claudio Borghi se fue a Boca, el equipo campeón se desarmó y el club no tuvo la estructura económica para sostener salarios más altos, ni refuerzos de ese nivel para intentar reunir las piezas de la exitosa fórmula que otorgó la quinta estrella. Es válida esa visión, pero basta con ir a los últimos partidos para entender lo que está pasando, y los problemas que se ven en la cancha, reflejados en las tablas, sobre todo en la de promedios. Semanas atrás, desde Argentinos Pasión planteábamos la idea de qué opción elegir de cara a la recta final del torneo. El prometedor inicio de campeonato auguraba otra situación deportiva, pero el Bicho cayó nuevamente en los vicios de siempre y terminó realizando una espantosa racha: de los últimos 21 puntos, apenas 4 se consiguieron. En medio de esa mala serie de partidos, se encuentra un empate (que mereció ser derrota) ante Boca y un triunfo (innecesariamente sufrido y ajustado) ante Estudiantes. Entonces, ¿todo está perdido? Para nada. Si bien estar 19º en la tabla de promedios genera desesperación, los rivales directos (Godoy Cruz, All Boys, Tigre, etc) están cerca, a escasos puntos. El problema, entonces, es que Argentinos no gana, y lo que es peor, no juega a nada. La derrota ante Vélez fue una nueva demostración de que la crisis futbolística se agudiza, que el equipo realiza un enorme esfuerzo defensivo no equilibrado con las acciones en ataque. Para decirlo en criollo, se defiende mucho y ataca poco. Difícilmente ganes si no atacás. Ante cualquier tipo de crisis, ¿qué se hace? Tomar medidas. ¿Cortar cabezas? No necesariamente, se puede barajar y dar de nuevo, analizar y replantear ciertas cuestiones (como Iñíguez, Droopy y Coria fuera del equipo, o cambios incoherentes, como la salida de Boyero de un día para otro). Es apresurado e irrespetuoso hablar de una posible salida del cuerpo técnico, cuando Ricardo Caruso Lombardi lleva poco más de 20 partidos al mando del equipo. Encima, tuvo la oportunidad de fichar los jugadores que quiso, con tiempos suficiente para moldear un grupo en la pretemporada. Sería un error concluir un ciclo tan rápido, cuando todavía hay tiempo para revertir y cambiar las cosas que están mal, y reforzar lo que está bien. Por lo pronto, Argentinos afronta dos partidos clave: Olimpo (el último de los promedios) y Racing (el último del Torneo Inicial), en los cuales deberá demostrar que la situación es reversible, que no todo está perdido, y que se puede salir de las crisis y las derrotas. . |
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