Arranca el 2014 con las ilusiones al máximo por los regresos de Claudio Borghi y Leonardo Pisculichi. Pero no hay que olvidarse, ni dejar de analizar, lo que aconteció en 2013, un año en el cual Argentinos volvió a verle la cara al descenso, y pudo esquivarlo en la última fecha del Torneo Final. Sin embargo, en la segunda mitad del año volvió a lidiar con estos problemas y continuó luchando por la permanencia, cerrando el año en la última posición de la tabla de promedios, junto a Godoy Cruz de Mendoza.
Con el regreso al Diego Armando Maradona se produjo casi un hecho simbólico: el alejamiento de la lucha por la permanencia. Si bien se sucedieron promociones y partidos de “seis puntos”, el Bicho comenzó a pensar en otras competiciones, de acuerdo a su buen promedio. Parecía una época casi dorada, en la que las calculadoras se guardaban, y los viajes al exterior empezaban a repetirse cada vez más seguido.
En lo futbolístico, se empezó a ver progresivamente otro juego. Con más protagonismo, posesión de pelota y situaciones de gol, ya no hacía falta colgarse del travesaño y conseguir tres puntos como sea. El punto máximo de este estilo se erigió con el ‘Bichi’, el que hoy vuelve al club. El título del 2010 parecía ser un trampolín, pero la realidad hundió al esperanzado Argentinos, que lentamente empezó a bajar posiciones en la tabla de posiciones, y, paralelamente, en la de promedios.
El 2013 arrancó con Gabriel Schurrer como director técnico, siguió con interinatos y casi que se concluyó con el segundo ciclo de Ricardo Caruso Lombardi, que impuso su clásico 4-4-2, rescatador de puntos, pero que sólo rindió en las primeras fechas del Inicial. Luego, llegaría el bajón y el reingreso a la zona roja del descenso, lugar del cual se luchó por salir en los últimos meses, pero no se pudo.
Ahora, la situación es parecida a la que se vivió en Enero del 2013: sólo un puñado de meses para determinar la permanencia. Pero esta vez, algo parece haber cambiado. El rumbo futbolístico al que se apunta pareciera ser otro: Borghi, Pisculichi, Iñíguez, Gómez, Rodríguez. No son sólo apellidos, representan ideas y conceptos, una identidad, una imagen de lo que debería y puede ser el 2014: un año de resurgimiento para Argentinos Juniors, luego de un año de aprendizaje de lo que no tendría que pasar nuevamente.
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