Y un día se fue. Venía amagando, intentando encontrarle la vuelta al equipo, a la categoría, pero no pudo. La derrota ante Nueva Chicago en el Diego Armando Maradona significó más que una caída (la sexta en trece cotejos), representó el adiós de Claudio Borghi a Argentinos Juniors. El DT cerró su segundo ciclo al frente del primer equipo, el cual quedó 8vo en la tabla de la Zona A de la B Nacional, a 7 puntos del quinto y último puesto de ascenso, Boca Unidos (rival del miércoles), con 21 unidades aún en juego.
Poco se recordará del partido en sí. El análisis sobre lo que estrictamente sucedió en el desarrollo del encuentro quedará en un segundo o tercer plano, olvidado por los hinchas. El 25 de octubre de 2014 será recordado por las bengalas que cayeron al césped, y sobre todo, por la renuncia del Bichi a la conducción técnica. Pero si se piensa en el juego, dejando de lado el resultado, Argentinos fue demasiado superior. Ante el Torito, el Tifón tuvo unos primeros 25 minutos realmente espectaculares: tenencia, situaciones, esfuerzo en la marca. De todos, hasta de Juan Román Riquelme, que habitualmente no se expone a trabar con un rival. Lo sucedido a continuación, fue historia repetida.
Las chances continuaron llegando. Remates de Rinaldi, de Guerreiro, y la defensa de Omar Labruna acorralada en su área, casi sin poder asomar la cabeza. Pero la inefectividad goleadora, la que tantó abrumó a Borghi en este segundo ciclo como DT, fue protagonista nuevamente. El Bicho llegaba, pero no convertía. Entonces, Chicago salió de la ratonera, aprovechó los espacios dejados y golpeó… dos veces. El primer gol fue un durísimo golpe, y el segundo fue el knock out. Argentinos cayó a la lona, aún con tiempo en el reloj como para intentar algo heroico: hacer casi la mitad de los goles que lleva en el torneo en escasos minutos.
Luciano Cabral señaló el descuento, quizá como el único ápice de justicia en la noche de La Paternal. Argentinos tuvo casi diez u once chances de gol netas. Hasta Daúd Gazale, el chileno que hizo su debut, contó con remates al arco. Pero el fútbol no se trata de merecimientos, sino de hacer más goles que el rival. Chicago jugó con la impaciencia local, y ejecutó sus jugadas ofensivas en los momentos exactos, ante una defensa que, sin dudas, es la pata más floja de la mesa.
Pitazo final, y lo que sucedería a continuación, era esperable. El doloroso final. Porque nadie imaginó que con este plantel, con este cuerpo técnico, con esta idea de juego, las cosas saldrían mal. La historia dirá que no alcanzó, que a pesar de haber traído buenos jugadores, haber apostado a la mística y la historia del club, y puesto los primeros ladrillos de un proyecto llamado “refundación”, las cosas no salieron. Ni las lágrimas de Cristian Ledesma o algunos dirigentes bastaron para frenar lo irremediable: Claudio Borghi decidió renunciar.
SÍNTESIS:
Argentinos Juniors (1): Adrián Gabbarini; Miguel Ángel Torrén (2ºT 12′ Daud Gazale), Matías Caruzzo, Juan Sabia y Ezequiel Garré; Ezequiel Ham, Cristian Ledesma y Juan Ramírez (2ºT Luciano Cabral); Juan Román Riquelme; Lautaro Rinaldi y Mariano Guerreiro (2ºT 14′ Gonzalo Castillejos). DT: Claudio Borghi. Suplentes: Luis Ojeda, Nicolás Freire, Cristian Álvarez y Diego Rivero.
Chicago (2): Alejandro Sánchez; Marcos Galarza, Samuel Cáceres, Matías Escudero y Mauricio Arias; Alejandro Gagliardi (2ºT 29′ Fernando De La Fuente), Damián Lemos, Federico Fattori y David Barbona; Christian Gómez (2ºT 12′ José Ramírez Agudelo) y Sebastián Matos. DT: Omar Labruna. Suplentes: Federico Lanzillota, Eduardo Melo, Adrián Maidana, Pablo Ruiz y Carlos Benítez.
Goles: 2ºT 09′ Alejandro Gagliardi (CH), 40′ José Ramírez Agudelo (CH), y 49′ Luciano Cabral (AJ).
Amonestados: Marcos Galarza, Damián Lemos y Fernando De La Fuente (CH). Expulsados: No hubo.
Árbitro: Alejandro Castro. Asistentes: Diego Bonfa y Lucas Germanotta.
Cancha: “Diego Armando Maradona”, de Argentinos Juniors.
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