![]() Los que se acercaron al Diego Armando Maradona esta tarde para vivir Argentinos vs Boca, debieron presenciar otra vergonzosa jornada de fútbol en la que el fútbol, precisamente, tuvo poco que ver. Pareciera que a la hora de ganar un partido o un campeonato, la honestidad, el honor y la humildad se hubieran corrido de sus límites humanos, quedando mucho más allá del terreno de juego, y pasando a estar sólo de la boca para afuera. La indignación de los hinchas de Argentinos Juniors y de casi cualquier hincha que haya visto el partido está justificadamente dirigida a la terna arbitral compuesta por Luis Álvarez, Sergio Zoratti y Sergio Viola; entre los tres lograron hacer que el fútbol argentino termine hoy más manchado que ayer. Primer Acto (gol válido anulado y amonestación de Lenis): En un primer tiempo en el que el Bicho fue superior, Reinaldo Lenis estaba haciendo la diferencia a favor del equipo de Pipo Gorosito, y justamente Lenis fue el apuntado para recibir la primera amarilla por protestar una falta evidente. Luego de finalizado el primer tiempo, y tras anular un gol válido para el Bicho, todo terminó en un tumulto donde sobraron los empujones. Segundo Acto (expulsión de Lenis): Al regreso, los 22 jugadores esperaron en el estadio la salida de Álvarez y sus compañeros, curiosamente demorados, algo poco común, ¿qué estuvo haciendo en el vestuario tanto tiempo? Lo claro es que Álvarez salió al terreno de juego con la decisión de expulsar a Lenis por algo que había ocurrido antes de finalizar el primer tiempo, y que curiosamente no fue sancionado en el campo de juego. Si Lenis cometió una agresión, ¿por qué no lo expulsó en el momento, dentro de la cancha, o camino a los vestuarios? La respuesta es obvia: ni el referí ni sus asistentes vieron nada. Pero 15 minutos después sí lo habían visto o se habían enterado, de alguna manera… Reinaldo Lenis es un jugador al que nunca se lo vio enojado, personalmente es tímido y retraído, pero tras ver la roja en el medio del terreno de juego se lo vio descontrolado, y muy enojado. Es que claro, un jugador de Boca, Nicolás Lodeiro, cobardemente envalentonado y escudado tras la protección de su camiseta, tuvo tiempo de decirle “negro de mierda”. Tercer acto (la vista gorda): De todas formas, para Álvarez la expulsión no aseguraba nada, Boca no jugaba bien y Argentinos se agrandaba dentro del terreno de juego. Pero como buen chico, el obediente referí continuó jugando su partido aparte, hasta llegar al momento cúlmine, la jugada que termina con la terrible fractura de Ezequiel Ham, provocada por una evidente plancha de Tevez que se oyó claramente a varios metros de la jugada, pero que, otra vez, Álvarez no vio, no cobró foul, y no sacó amarilla: era Tévez y ya estaba amonestado, claro. Es posible que Tevez no haya ido con la intención de fracturar al jugador del Bicho, que venía de convertir el descuento; sin embargo, tras la evidente fractura (otra vez, media cancha escuchó el tremendo ruido) continuó la jugada, y hasta tuvo tiempo de mirar con sorna a la platea que lo insultaba antes de ir a ver al jugador que había destrozado. Repudiable cuando menos. En definitiva, pareciera que ya nada importa, los límites éticos entre colegas se han borrado tras el bochornoso superclásico por Copa Libertadores, y por eso hoy el fútbol argentino es un sálvese quien pueda dentro de la cancha y una guerra de poder fuera de ella. Por eso nadie reconoce su error, nadie dice nada, aún cuando todo es evidente. Lo más triste es que absolutamente todos saben qué es lo que va a pasar: al personaje que dice ser árbitro, lo suspenderán una fecha o dos. Tevez irá al hospital a ver a un pibe al que pudo haberle terminado su carrera y se sacará una foto para el deleite de cientos de periodistas sumisos frente a la figura de un jugador de semejante trayectoria y personalidad, al que luego se encargaran de proteger (como si el jugador del pueblo necesitara la ayuda del periodismo). Lodeiro, por su parte, podrá seguir siendo un cobarde racista que se escuda tras una camiseta de mucho peso y no recibirá sanción alguna. El Bicho, por último, terminará el campeonato penando por conseguir una victoria pese a los arbitrajes y la obvia campaña en su contra; Gorosito no mostrará los mensajes que amenazó con mostrar y, mientras tanto, el fútbol argentino se sigue manchando. Los hinchas también continuarán yendo a la cancha, seguramente, enamorados tal vez por el recuerdo de un fútbol del que ya poco queda. . SÍNTESIS: Argentinos Juniors (1): Adrián Gabbarini; Joaquín Laso, Miguel Ángel Torrén, Patricio Matricardi y Ezequiel Garré (1ºT 21′ Nicolás Freire); Ezequiel Ham (2ºT 33′ Federico Gallego), Cristian Ledesma y Reinaldo Lenis; Luciano Cabral; Andrés Franzoia (2ºT 29′ Lucas Cano) y Lautaro Rinaldi. Boca Juniors (3): Agustín Orión; Gino Peruzzi, Fernando Tobio, Daniel Díaz y Fabián Monzón; Rodrigo Bentancur, Andrés Cubas y Nicolás Lodeiro (2ºT 39′ José Fuenzalida); Carlos Tévez; Sebastián Palacios (2ºT 15′ Nicolás Colazzo) y Jonathan Calleri. Goles: 1ºT 45′ Carlos Tévez (BJ); 2ºT 08′ Carlos Tévez (BJ), 09′ Ezequiel Ham (AJ) y 47′ Jonathan Calleri (BJ). Amonestados: Reinaldo Lenis y Joaquín Laso (AJ), y Andrés Cubas, Carlos Tévez y Rodrigo Bentancur (BJ). Árbitro: Luis Álvarez. Estadio: “Diego Armando Maradona”, de Argentinos Juniors. |
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