Luciano Cabral, apuntalado por Borghi y J.R. Riquelme como “la gran promesa de Argentinos Juniors”, fue cedido a préstamo a Atlético Paranaense por una suma que ronda los u$s 190 mil, con opción de compra a fin de año. Baja sensible para el Bicho, que de esta manera se queda sin un enlace para afrontar la temporada.
La noticia menos pensada. Entre los apellidos que se venían sucediendo como posibles salidas, poco se hablaba de Luciano Cabral. Sin embargo, en el día de hoy fue confirmada su salida al fútbol brasilero, en primera instancia en condición de cedido, aunque con opción a compra de u$s1.5 millones.
La partida del juvenil tiene dos aristas:
1. Sin haber debutado oficialmente al mando de Argentinos Juniors, se estima que el esquema de Gabriel Heinze sería un 4-3-3. De cumplimentarse este sistema, poco rodaje tendría el chico salido de la CAI, que en el corriente año disputó 14 partidos, de los cuales tan sólo la mitad los inició como titular. Viendo estos números, y vislumbrando la participación que podría tener Cabral en este nuevo Argentinos Juniors, se podría considerar que es atinada su salida de la institución.
2. Cabral es una de las máximas promesas de El Semillero del Mundo. Debutó en 2013, y en total participó en 55 encuentros, convirtiendo en cuatro oportunidades. No es goleador, pero desequilibra en ¾ como pocos. No por vertiginoso, sino por criterioso. No por su velocidad, sino por la toma del tiempo preciso para aguantar, para luego dar el pase. Está claro: Es un chico en etapa de formación. Sin embargo, víctima de nebulosas deportivas, cayó en el voleo de una oleada de críticas de las cuales poca responsabilidad tenía. Cabral se escenificó deslucido ante esta situación, y poco se pudo ver de aquel chico que parecía quedarse con creces con la 10 de Román. Las condiciones las evidenció; supo regar de aplausos el DAM. Sin ser un visionario, en otro tipo de contexto, se cae de maduro que Cabral puede desarrollar todo su potencial. Por esto mismo, se puede considerar como precipitado y desacertado el momento y el monto por el cual el jugador abandona la institución.
Se va el último 10. Quizá, el 10 que no llegó a ser 10. Por tiempos, contextos, y otras yerbas. Malvinas podrá sonreir, en medio de una tormentosa situación, ya que si se concreta su venta a fin de año, 110 mil dólares, el 10% del total de la venta, deben destinarse a obras en el Polideportivo, según lo aprobado en CD años atrás. Quién no podrá sonreír es el Diego Armando Maradona, que extrañará sus pisadas y su forma de jugar. ¡Suerte Lucho!
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