Intentemos dejar el resultado de lado, aunque sea imposible. Hablemos de un equipo nuevo, con entrenador y futbolistas nuevos. De hecho, seis jugadores titulares cambiaron respecto al último partido en Primera ante Rafaela: Jonathan Sandoval, Guillermo Benítez, Gastón Machín, Nicolás González, Javier Cabrera y Fabricio Lenci. Media formación. Sin embargo, hubo conceptos, trabajados en la pretemporada por orden y deseo del cuerpo técnico, que ya se empezaron a ver. Por lo menos, hasta el minuto 60, cuando la tarjeta roja de Jonathan Sandoval complicó todo.
Más allá de que ésto sólo sea un comienzo, y que los rivales y las circunstancias serán distintas, el equipo de Gabriel Heinze marcó la pauta de qué pretende: ser protagonista, vertical e intenso. Cuando decimos verticalidad, hablamos de una rápida distribución de la pelota, con salida limpia desde el fondo, desde los pies de Lanzillotta a la primera línea de defensores, o sinó a los volantes. Aquí brilló Esteban Rolón, con apertura constante hacia las bandas o cambios de frente buscando espacios, intentando forzar el mano a mano entre los extremos y laterales rivales.
Por momentos, estas cuestiones de funcionamiento colectivo salieron, aunque paradójicamente los goles llegaron por córners. El equipo fue ofensivo, pero a la hora de defender sufrió. Pareciera que la mejor manera de defenderse que tiene este equipo es atacando. Cuando el rival abrumó, hubo buenas respuestas individuales: Gastón Machín fue una aspiradora en la mitad de cancha, absorbiendo muchas pelotas rivales, y Federico Lanzillotta apareció en reiteradas ocasiones.
Con la expulsión de Jonathan Sandoval, Heinze reordenó las piezas: Iván Silva debutó y fue de mediocampista central, mientras que Machín se reclinó a la derecha, ocupando el espacio de lateral derecho. El retoque no resultó productivo: con roles improvisados y superioridad rival, en defensa no se logró contener los avances rivales, y en ataque quedaron limitadas las opciones. Argentinos quedó atrapado en el fondo de su terreno, dejó de jugar, la perdía seguidamente, y así San Martín llegó al amargo empate final. “Esto recién empieza, es largo. Calma”, dirán los hinchas, jugadores e incluso el propio Gringo Heinze.
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