Una vez más la inseguridad se hizo presente en el fútbol, y esta vez nos tocó a nosotros, los hinchas de Argentinos Juniors. ¿Pelea entre barras? ¿Interna de la barra? No, nada de eso.
Comenzamos diciendo que, en la vuelta a casa, un hincha de 25 años que viajaba en los micros de la hinchada, de nombre Martín Alfredo Reimunder, perdió un ojo luego de recibir uno de los tantos perdigones disparados por el grupo GOMF de la Policía Federal. Ayer a la madrugada, en el hospital Álvarez, era intervenido quirúrgicamente para extraerle otros perdigones que tenía en el rostro. Amigos del hincha, junto a la madre, hicieron la vigilia y esperaban los resultados de la operación. En nombre de la dirigencia del club, me hice presente en el hospital para darle el apoyo y ponerme a disposición de la familia.
Increíble pero real. Lo que relato a continuación no es ficción.
Es sabido que la gente de Argentinos viaja a los estadios visitantes en dos grupos, los socios por un lado y la barra por el otro. Ustedes, hinchas, lo pueden confirmar, y la policía y Eventos Deportivos también lo saben, de hecho, siempre nos mandan custodia a ambos lugares.
Ayer, la caravana de micros de socios partió sin custodia alguna, hasta que, después de reiterados llamados telefónicos de mi parte y de la gerencia del club, la policía nos interceptó en la avenida San Juan. Lejos de reconocer su error, querían labrarme un acta por haber salido sin custodia y no haber avisado que partían dichos micros. Algo totalmente falso.
Por otro lado, los micros de la barra partieron a la Boca escoltados por la Federal donde, según nos contaron, los efectivos fueron agrediendo a palazos a los hinchas que viajaban en sus motos, y a los que se asomaban por las ventanillas de los micros, provocando la reacción de éstos, la que, sin ser “desmedida” (si vale el término), hizo que la Federal buscara “vendeta”.
Venganza que se concretaría en el entretiempo del partido, cuando policías pincharon y desinflaron las gomas, y cortaron los asientos de las motos de los hinchas estacionadas en las inmediaciones del estadio. De no creer. Avisados de ésto, tratamos de prevenir hechos de violencia al concluir el partido. O sea, para que se entienda, nosotros, los hinchas, preveníamos, y los policías provocaban. El mundo del revés.
Ya de regreso la caravana de micros (ahora sí todos juntos, socios e hinchada), avanzaba por la avenida Independencia, y cuando la misma se transformó en Alberdi, aparecieron una docena de motos del grupo GOMF (Grupo Operaciones Motorizado Federal), las cuales rodearon a los primeros 4 micros (los de la barra) y comenzaron a pegar palazos a quienes asomaban por las ventanas, y disparar balas de goma a mansalva. Una de ellas hirió al joven Reimunder. Al ver el resultado de su accionar, las motos se retiraron del lugar. Motos negras, con uniformados de negro, y todos con sus caras tapadas.
Se dice que algunos hinchas agredieron a los policías que acompañaban la caravana, que desde el interior de uno de los micros, específicamente donde viajaba el hincha agredido, arrojaron algunos proyectiles hacia la policía, y que éstos pidieron “auxilio” al GOMF, los que, al llegar, iniciaron la violenta represión, completamente desmedida. Podrían haber detenido el micro y arrestado a los supuestos agresores, pero no.
Fue uno el herido, podrían haber sido muchos más, ya que disparaban a las ventanas de los micros.
El Club presentará un informe a los organismo encargados de brindarnos SEGURIDAD, la familia del chico herido hará la denuncia correspondiente.
¿Hasta cuándo?
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