A pesar del buen rendimiento colectivo que mostró el equipo en las últimas cinco fechas del último torneo, y del gran nivel que mostraron los jóvenes surgidos del club en una situación tan apremiante, ni el más optimista de los hinchas de Argentinos se imaginaba este gran inicio de campeonato.
La llegada de los refuerzos durante la pretemporada –la mayoría ignotos para el común de la gente- no contribuyó a alimentar la ilusión. Hoy, con cinco fechas del Torneo Inicial 2013 jugadas, la realidad es muy diferente a la imaginada incluso por el cuerpo técnico. Los 10 puntos conseguidos, convierten este ciclo en el segundo mejor inicio de los últimos años, sólo por detrás de los 11 logrados en el Apertura 2005, con el uruguayo Gregorio Pérez sentado en el banco de suplentes.
Pero no solamente es valorable la cantidad de puntos obtenidos, sino la forma. Uno puede tener un paladar y gusto futbolístico diferente al de Ricardo Caruso Lombardi, incluso la historia de nuestro club marca otra cosa, pero es innegable que este equipo sabe a lo que juega. Lo que diagramó el entrenador en la pretemporada está dando sus frutos. La pelota parada a favor se convirtió –quizás- en el arma ofensiva más importante para doblegar al rival, y defensivamente el equipo ya no sufre los envíos aéreos como pasaba hace unos pocos meses. Pablo Migliore acumula 386 minutos sin que le conviertan, y eso se debe al buen funcionamiento de una defensa que, con el correr de los partidos, se va afianzando, pero, sobre todo, al gran compromiso de los 11 jugadores a la hora de recuperar la pelota. Una muestra clara de ésto fue el partido contra San Lorenzo de Almagro, donde tres jugadores de Argentinos terminaron acalambrados por el desgaste hecho durante los noventa minutos. A ésto hay que agregarle que los jugadores que ingresan desde el banco, aportan frescura y cumplen con creces cuando les toca pisar el césped.
Van cincos fechas nomás, falta un gran trayecto por recorrer, pero jugando de esta manera el objetivo de la salvación no va a ser una utopía, sino una realidad.
.
|