 El despelote que se armó pocos minutos antes de finalizar el partido en el que Argentinos Juniors perdió por 2 a 0 con Lanús, refleja de alguna manera la situación, el mal momento que está viviendo el conjunto de Claudio Borghi. Porque más allá de la expulsión puntual de Lucas Cano, el trasfondo de lo que ocurrió entre los jugadores, el cuerpo técnico y el referí del partido Mariano González y su asistente, es otro. Es impotencia. Porque los resultados pueden ser irregulares, pero lo que le molesta a este Argentinos es el mal funcionamiento del equipo, mal funcionamiento que se vio ayer en el primer período, pero que viene dándose en general durante todo el torneo final. Lo cual es inexplicablemente angustiante. El Bicho sale a jugar los partidos como desenchufado, como perdido en la intención de buscar algo que no sale, y que cada vez parece más difícil; se cometen errores básicos, infantiles. No se pueden dar tres pases seguidos y se cometen errores graves en defensa, errores que se pagan caros. De no haber sido por el segundo tiempo, la definición del campeonato parecería sentenciada para Argentinos; pero por suerte se vio una luz, lejana todavía, pero luz al fin. La búsqueda del arco de Marchesín que durante los segundos 45 minutos tuvo el Bicho, no se vio en partidos anteriores; esa es la manera en que debe buscarse el resultado, y si se llega claro a situación de gol pero no se convierte, como ocurrió ayer en un par de ocasiones, el cantar es otro, porque por lo menos las situaciones existieron. La gente sufre este presente como ningún otro participante, porque al equipo le duele perder, pero el hincha genuino sufre además por el factor Claudio Borghi, ídolo intocable e indiscutible del club, un Borghi que sufre como el más fanático de los hinchas. Y cuando en la tribuna comienzan a sentirse algunos insultos al técnico, la situación da pena. El desahogo, si llega, será grande, y aquellos que gritaban y vociferaban insultos deberán quedarse en su casa. Pero no lo harán, porque el público del Bicho, y el argentino en general, es el reflejo de su sociedad desagradecida. Volviendo al fútbol, si el Bicho si quiere salir de este pozo debe aferrarse a este cambio de actitud que se vio en el segundo tiempo, no importa el rival ni la cancha, lo que importa es que, si se hizo una vez, se puede repetir. Lo cierto es, también, que muchas opciones no le quedan.
Argentinos Juniors (0): Nereo Fernández; Julio Barraza, Miguel Ángel Torrén, Diego Barisone y Pablo Bárzola (2ºT 15′ Reinaldo Lenis); Walter Serrano, Sergio Vittor (1ºT 40′ Santiago Nagüel) y Lucas Rodríguez; Rodrigo Gómez; José Sand y Hernán Boyero (2ºT 14′ Lucas Cano). Lanús (2): Agustín Marchesín; Víctor Ayala, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz y Maximiliano Velázquez; Diego González, Jorge Ortiz y Fernando Barrientos (2ºT 34′ Nicolás Pasquini); Lautaro Acosta (2ºT 24′ Leandro Somoza), Ismael Blanco y Lucas Melano (2ºT 13′ Oscar Junior Benítez). Goles: 1ºT 45′ Diego González, y 2ºT 38′ Jorge Ortiz (L). Amonestados: Pablo Barzola, Lucas Rodríguez y Julio Barraza (AJ); y Jorge Ortiz (L). Árbitro: Mariano González. Estadio: “Diego Armando Maradona”, de Argentinos Juniors.
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