En medio de la refundación que propone Claudio Borghi, del verdadero retorno al juego y los valores que identifican a Argentinos Juniors, hay dos chicos que se destacan. Ambos coinciden en la responsabilidad de la producción ofensiva, y sin embargo, son bien distintos en cuanto a su juego. Uno es un velocista, un encarador, que siempre está en el vértigo de la jugada; el otro, un creador nato, un asistidor. Incluso son de distintos países. Pero juntos coinciden en una etapa extraña para el Bicho: volver a disputar la B Nacional. Reinaldo Lenis y Luciano Cabral ya son parte (llegaron en Divisiones Juveniles) de un club que apuesta por ellos, por eso recientemente se invirtió el dinero necesario, proveniente de una nueva concesión del Microestadio, para comprar un porcentaje de sus pases, y así asegurar su continuidad en La Paternal.
El mendocino y el colombiano fueron los puntos altos en el último amistoso preparativo, de cara al inminente debut en la segunda categoría, ante Boca Unidos de Corrientes, en el DAM. Y con ellos charló Argentinos Pasión: “Fue una prueba de nivel alto, que nos sirve para dejarnos a punto para el debut del sábado. Ante Gimnasia (por Copa Argentina) no habíamos tenido profundidad, pero esta vez dimos más pases y manejamos el partido”, analizó Lenis, quien marcó uno de los dos tantos en la victoria por 2 a 0, el sábado en Ituzaingó. No es casualidad: el oriundo de Cali tuvo mayor responsabilidad a la hora de convertir goles, ante la baja de Gonzalo Castillejos y la todavía no confirmada titularidad de Mariano Guerreiro. “Ante la ausencia de un 9, los puntas extremos tenemos que convertir más goles. Eso nos pide Bichi (Borghi)”, contó al respecto.
A diferencia del juego externo de Lenis, que se convierte en diagonales para todos lados, Cabral se encuentra en la fabricación del fútbol, en ese pase final para el grito sagrado. Aunque ante el Fortín el DT decidió probarlo como un centrodelantero retrasado. Algo similar a lo que ha hecho Pep Guardiola con Lionel Messi en el Barcelona, salvando las distancias, claro está. “Me sentí muy cómodo, soy un falso 9 que ocupo el espacio, pero cuando tengo la pelota me tiró de enganche, que es mi posición natural”, narró el ex CAI de Chubut, que con 19 años se proyecta como uno de los grandes talentos del primer equipo. “Ojalá que el sábado tenga un lugar dentro de los 18, y después dentro de los 11. Sé que Bichi confía en mí”, sostuvo Cabral, uno de los mimados por el técnico y su staff de trabajo, quienes lo hicieron debutar en marzo de este año, en la Bombonera.
Dos joyitas, dos promesas que quieren ser realidades. Dos jugadores, ante un semestre que puede catapultarlos a grandes cosas. La categoría no es excusa, porque Argentinos afrontará estos intensos meses con la idea de volver a jugar. Jugar para volver. Volver.
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