 Todo empezó en Noviembre del año pasado, cuando la Agencia Mundial Antidoping (AMA) advirtió que la Argentina no estaba cumpliendo con los códigos internacionales antidoping. La Argentina transgredía básicamente dos puntos. Primero, realizaba controles en laboratorios no homologados por AMA, que son sólo 35 en el mundo. Y segundo, no había conformado la Organización Nacional Antidopaje (ONA), organismo estipulado en la ley que se promulgó en Diciembre de 2013 (N° 26.912), y que otorga un régimen jurídico para la prevención y el control del dopaje en el deporte. Esta norma tiene como objetivo ajustarse a estándares internaciones de antidopaje. La Argentina jamás estuvo autorizada a realizar controles en laboratorios del país porque no están homologados. Un laboratorio autorizado cuesta más de 50 millones de pesos. Hace dos años la Argentina, con el aval de AMA, tenía el proyecto de construir uno. Pero se perdió esa oportunidad el año pasado, porque no se avanzó en ningún proyecto y se incumplieron normas internacionales. La Argentina deberá recuperar la confianza de AMA si quiere construir un laboratorio homologado. Mientras tanto se trabajaba con un laboratorio de Chile. Los controles que se venían haciendo se enviaban al país trasandino para sus análisis. Hasta que, en Noviembre del año pasado, la Agencia Mundial también le negó esa posibilidad. Es decir, en los últimos tres meses no se realizaron controles antidoping a deportistas en la Argentina. Aseguran que el hecho de que ahora no haya controles, no quiere decir que haya vía libre para el doping: Cualquier sustancia de dopaje deja un rastro de meses. Si alguien toma algo hoy y en tres meses se hace control antidoping, va a salir el dato. Fuente: Infobae . |
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