“Son decisiones”, suele repetir Miguel Ángel Russo en las conferencias de prensa cuando es consultado por alguna decisión que generó polémica.
Y sí, los entrenadores planificamos los entrenamientos diarios, semanales y de la temporada, pero el momento de la verdad, donde mostramos “de que estamos hechos”, son los partidos. Esos más de 90 minutos determinan si es “la gloria o Devoto”.
El miércoles pasado hizo su presentación oficial el flamante DT, Gabriel “el Gringo” Heinze, conduciendo el nuevo Argentinos Juniors, que pretendía avanzar a la siguiente fase de la Copa Argentina. Enfrente, Deportivo Laferrere, el popular equipo del oeste del conurbano bonaerense, que milita en la 4ta categoría del fútbol argentino.
En la alineación inicial ya se vislumbraba “la mano del entrenador”:
» Un esquema de 1-3-3-1-3, que pretendía emular el recordado esquema de Bielsa en la Selección Argentina. » La inclusión de varios juveniles, producto de la inagotable cantera del Semillero del Mundo, Nicolás Freire (22), Esteban Rolón (21), Damián Batallini (20), y Nicolás González (18). » Hizo su presentación el juvenil Nicolás González, relegando al experimentado Franco Cángele, dando lugar a la máxima “juega el que mejor está”.
El desarrollo del juego:
El gol del Bicho llegó desde el vestuario, y no fue suerte, fue producto de la ambición, el convencimiento y la determinación de ir a presionar, de ganar las divididas, de sumar gente en ataque, y de aprovechamiento de los espacios.
Desde el pitazo inicial, el equipo de Heinze parecía un equipo de Bielsa: la línea de 3, el pelotazo largo cruzado hacia los extremos, y la presión asfixiante ante la pérdida del balón. Buscar el desequilibrio en el 1 contra 1 de los extremos, y asegurar receptores en el área.
El rival fue un simple espectador de lo que propuso el equipo de Heinze, y solamente intentaba ordenarse defensivamente para evitar el segundo gol, sabiendo que era prácticamente imposible que Argentinos pudiese mantener esa intensidad a lo largo de todo el partido. Sobre el final del primer tiempo llegó el empate, un premio que, si bien era inmerecido desde el desarrollo del juego, tenía su sustento en una jugada trabajada en la semana (lateral hacia el área, uno que pivotea y rebota hacia un compañero, que envía el centro a la carrera. Tres receptores en el área que se desmarcan aseguran altas chances de convertir).
Final del 1º Tiempo, empate en uno.
En la segunda mitad Argentinos juega con menos intensidad y más pausa, mientras que Lafe comienza a mostrar su oficio para hacer un partido lento y trabado. A pesar de ello, el Bicho durante los primeros 30 minutos cuenta con 3 situaciones inmejorables (esa en la que Romero termina chocándose con el palo, el malogrado penal de Lenci, y el brillante contragolpe donde Romero falla en la definición). Esta última jugada terminó por desmoralizar a un equipo que ya no tenía más piernas. Vinieron los cambios (de nombres, pero no de esquema) que nada cambiaron, hasta que en el último minuto de juego, Heinze realiza el polémico cambio de arquero (ingresa Trípodi por Lanzillota), con vistas a la serie de penales.
En declaraciones posteriores, Heinze dijo que todo lo que hace “está pensado previamente”. En mi opinión, estas decisiones son incuestionables si fueron previamente consensuadas, o comunicadas correctamente, mientras que, de no haber ocurrido ello, pueden producir la pérdida de la conducción del grupo.
Los penales:
El éxito en las definiciones desde los doce pasos tiene varias aristas, pero la confianza es el factor fundamental, y esta vez no fue la excepción. Convirtieron los que hicieron todo el esfuerzo para llegar a esa instancia, y fallaron los que venían fallando.
Deportivo Laferrere eliminó a Argentinos Juniors de la Copa Argentina.
Abrir la mente:
La buena noticia es que Argentinos tiene un entrenador que tiene una idea de juego clara en su cabeza, y planifica meticulosamente todo para llevarla a cabo.
La mala es que ese mismo entrenador no tiene la experiencia ni mostró la muñeca necesaria para resolver un partido que comenzó ganando al minuto, y en el que tuvo un penal a favor ante un rival muy inferior.
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