Ante San Martín de San Juan, Argentinos Juniors comenzó perdiendo un partido de Superliga por segunda vez desde que Diego Dabove se hizo cargo de la dirección técnica. La anterior había sido frente a Colón, en el debut del entrenador, pero las dos expulsiones que sufrió el Bicho ese día hicieron imposible un análisis de aquel encuentro. Por eso, en San Juan, se pudo ver a Argentinos en una posición en la que prácticamente nunca había estado este año: en desventaja y con la obligación de ir a buscar el resultado.
Con el 1-0 en cuatro minutos, San Martín se retrasó en el campo de juego con un muy rígido y clásico esquema 4-4-2, le cedió la pelota a Argentinos, y buscó salir de contra a través de Emanuel Dening, quien puso a correr varias veces a Miguel Torrén y compañía.
“El Bicho mostró un estilo y esquema casi inéditos por la urgencia del resultado: un fluído 3-4-3”
El Bicho, por su parte, mostró un estilo casi inédito por la urgencia del resultado, similar sólo a pasajes del empate con Belgrano en La Paternal. Los hombres de Dabove combinaron el juego directo, que el ex DT de Godoy Cruz les ordena, con la tenencia de pelota a la que lo invitaba el rival. Por eso, Argentinos jugó gran parte del encuentro con un 3-4-3 muy fluído.
Franco Moyano bajaba y se colocaba entre Torrén y Carlos Quintana para formar esa línea de tres y salir jugando desde atrás. Matías Romero y Alexis Mac Allister formaron un doble cinco con mucha movilidad, ya que el primero se encargaba de hacer las coberturas, y el segundo aparecía más como un enganche. Jonathan Sandoval y Elías Gómez eran quienes abrían la cancha en el mediocampo y completaban esa línea de cuatro volantes. En la delantera, los tres hombres que salen de memoria: Gabriel Hauche por la izquierda, Claudio Spinelli por el medio, y Damián Batallini en la derecha, aunque no tan abierto como otras veces.
Alexis fue el mejor jugador de la cancha porque cada vez que tuvo contacto con la pelota buscó generar peligro. No la entretuvo tocando para los costados, sino que jugó (casi) siempre un pase vertical para acelerar el ataque y buscar la devolución en una mejor posición. Así llegó el gol que le anularon, así llegó el del empate, que arrancó y terminó él luego de combinar con Hauche y Batallini, y así también llegó el gol del 3-1, tras una excelente pared con Moyano.
El segundo tanto, en cambio, se concretó por medio de una fórmula distinta. Como contra San Lorenzo y Estudiantes, Elías Gómez apareció atacando el espacio vacío (esta vez con pelota dominada) y mandó el centro para que Batallini marque el 2-1.
El segundo tiempo continuó igual en cuanto a los planteos de ambos equipos. Con el correr de los minutos, el local tuvo que salir para adelante con ímpetu, pero lo hizo con poco fútbol. Sólo inquietó a la defensa del Bicho con algunos pelotazos cruzados desde la derecha.
La salida de Spinelli por Fausto Vera significó el ingreso de un volante central natural con una clara intención de mantener la pelota estando 3-2. El juvenil se colocó bien de cinco y Argentinos volvió al 4-3-1-2 que usó en Varela ante Defensa. Los cuatro defensores; Romero, Vera, Moyano (3); Alexis (1); Batallini y Hauche (2). Minutos después salió el 10, un poco cansado, ingresó Borja y el esquema se mantuvo. Ahí fue Batallini, que luego saldría por Pisculichi, el que jugó de enganche.
El Argentinos Juniors de Diego Dabove vuelve a demostrar no sólo que tiene actitud (y juego) para dar vuelta un resultado adverso de visitante, sino que tanto el entrenador como sus jugadores tienen la inteligencia y el talento para variar el esquema y el estilo según la situación.