Hoy entregamos la segunda y última parte de la nota con Cristian Pérez, utilero de la Primera División de Argentinos Juniors.
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Cristian, aparte de ser el utilero, es el asador del plantel. “Por suerte me dan ese privilegio, y es muy lindo poder compartir con todos los muchachos. Muchos asados los compartimos dentro del club, y otros fuera. A veces nos juntamos un martes o miércoles, porque los findes no podemos, a comer un asado con tres o cuatro muchachos, y me siguen eligiendo como el asador del grupo. También es muy lindo cuando me toca compartir encuentros con históricos del Bicho. Tengo muy buena relación con el Checho, Domenech, con el Bichi… Poder charlar con ellos es un lujo, y ser su asador, también”.
En los partidos de visitante, el utilero debe movilizar toda la indumentaria necesaria para el partido. Llegan a la cancha con grandes cajas en donde guardan todo lo necesario para un jugador profesional. Los percances pueden ocurrir, y Cristian debe estar preparado para ello… “Por suerte no tuvimos muchos problemas de robos o pérdida de indumentaria. Sí recuerdo un inconveniente en cancha de Platense. Yo era ayudante del utilero Miguel Carrizo. Fue hace muchos años, y en ese entonces no íbamos a la cancha con seguridad. La cuestión fue que nos retiramos bastante tiempo después del término el partido. Para poder irnos, teníamos que movilizar toda la indumentaria de una punta a la otra de la cancha, por adentro, y entonces nos cruzábamos con los hinchas… Cuando cargamos el último bolso nos quisieron robar, nos subimos rápido a la camioneta y salimos a los tironeos, con la camioneta andando y la puerta abierta. Eso fue medio de película”.
Un gran revuelo que vivió la utilería de Argentinos fue el problema del color de las camisetas en el encuentro con San Lorenzo, en el partido de vuelta por Copa Superliga. Cristian nos cuenta cómo lo vivió desde adentro. “Nunca la pasé tan mal. A nosotros la Liga nos manda con qué colores debemos jugar, y con los muchachos de utilería tenemos que preparar esa indumentaria para el día del partido. Ellos nos obligaron a jugar con camisetas blancas, pero resulta que éstas formaban parte de una edición especial, de las que se hicieron pocas, y para el día del partido no teníamos más. Nosotros lo avisamos, pero parece que la Superliga no entendió nuestro pedido. Llegamos ese día a la cancha y pasó lo que pasó. Los pantalones rojos con los que jugamos los teníamos porque yo siempre los llevaba por las dudas, pero no podíamos jugar con esos porque había propaganda que ya no correspondía, nos faltaban números. Esos shorts los terminamos usando todos empachados, y por suerte conseguimos unas medias en el CEFFA. Ese día la pase muy mal, me puse a llorar en el vestuario de los nervios y la impotencia”.
Una de las cosas que más disfruta Cristian son los viajes junto al Bicho. Hace unos meses viajó con el plantel a Venezuela. Una verdadera odisea. “Ese viaje fue muy complicado por el hecho de que tuvimos que llevar agua, alfajores, chocolates, cereales… cosas que en otros destinos las conseguís, pero sabíamos que en Venezuela no íbamos a poder comprarlas. Fuimos en vuelo charter y el avión lo llenamos, iba repleto de provisiones. Cuando llegamos vimos un lugar muy humilde; uno a veces se queja de lo que no tiene, pero no piensa que hay gente que está mucho peor. Estuvimos 24 horas en el hotel y después nos tuvimos que volver por todo el quilombo que se armo allá, y a la semana tuvimos que volver. Más allá de eso, por suerte salió todo bien y pasamos de fase. Viajar y representar a Argentinos en el mundo es hermoso”.
Para cerrar la nota, Cristian nos contó algunas anécdotas vividas con el Bicho. “En lo personal, me gustó mucho la vuelta de Román a Argentinos, pasó por muchísimos clubes a lo largo de su carrera y nunca cambió la relación que tiene conmigo. Vos hablás con él y estás charlando con ese pibito que jugaba en Inferiores de Argentinos. La humildad que tiene es impresionante. Ese es un gran recuerdo que tengo. Otra anécdota graciosa fue cuando jugamos en la cancha de Chicago, en el 2014. En aquel plantel, Román siempre usaba la 10, pero ese partido no jugó y era un tema decidir quién la usaría. Yo se la puse a Germán Basualdo, y me acuerdo que cuando llegó el plantel, Germán vino a los gritos, me abrazó y me dijo: “¡Qué bien gordo, te avivaste de ponerme la 10 a mí!”, hasta que el Bichi se enteró y me dijo: “Gordo, ¿cómo le vas a dar la diez a éste?, nos van a matar a todos”. A partir de ese momento, cuando no jugaba Román le dábamos la 10 a Juan Ramírez. Eso me pareció muy gracioso: pobre Basualdo, estaba tan entusiasmando y no pudo usarla ni un partido”.
¡Gracias Cristian! por participar de “Los que juegan y no salen a la cancha”. Sin dudas un pilar importantísimo dentro del plantel.
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