Para el más chico de los Mac Allister, la noche del jueves en el mítico estadio Diego Armando Maradona no fue una más de las tantas que defendió los colores de Argentinos Juniors; es que más allá del triunfo agónico en el último minuto de juego, el talentoso mediocampista de tan sólo 20 años quizás haya disputado su último partido en condición de local con la camiseta roja y blanca que lo vio nacer y formarse profesionalmente como futbolísta. Aquél chico de Inferiores que supo representar muy bien al Semillero del Mundo hoy ya no es sólo semilla sino que además, a su corta edad, se convirtió en una de las mejores y más importantes ventas en la historia del club. Por supuesto que los micrófonos de Argentinos Pasión no escaparon a semejante oportunidad para preguntarle si vivió el partido en forma distinta, y el volante, algo emocionado, nos decía: “Si, la verdad que lo viví distinto. Si me guío por mi contrato, este era mi último partido de local, así que traté de disfrutarlo al máximo. Desde que salí del hotel que vengo pensando en todos los momentos que pasé en este club, el cariño que le tengo, así que lo disfruté y obviamente que sufrí un poquito al final”.
Metiéndonos un poco más en lo que pasó en los 90 minutos, nos contó sus sensaciones luego del triunfo: “Contento, aunque por ahí con una pequeña espina porque creo que en el primer tiempo fuimos más que ellos y merecimos hacer un gol más “.
La gente de Argentinos viene apoyando en forma masiva al equipo y este jueves frío en La Paternal no fue excepción, por lo tanto decidimos preguntarle al futuro jugador del Brighton inglés si cree que el apoyo en estas instancias es importante, y él mismo nos decía: “Sabemos que la gente está ilusionada al igual que nosotros, eso nos pone contentos y nos da más fuerzas para ir a la cancha de Boca”.
En el barrio de La Paternal todos se preguntan: “¿Terminará Alexis su ciclo con una estrella más en el pecho? “. Poco menos de 10 días restan para conocer la respuesta, y algunos afirman haber visto una gitana loca merodeando por Juan Agustin García y Boyacá.