En una noche caliente en La Paternal, Argentinos Juniors logró imponerse ante Platense y romper no solamente con la sequía goleadora (llevaba 3 partidos sin poder convertir) sino también con una racha negativa, en la cuál no había podido ganarle al Calamar desde que volvió a la Primera División del Fútbol Argentino en el 2021.
En “el mundo del Bicho” hay dudas respecto a la consideración que se tiene sobre Platense y la “rivalidad” “histórica”. Algunos dirán que ayer se ganó un clásico y otros podrán decir que no hay puntos en común para justificar ese mote, por la gran diferencia que existe entre ambos clubes en cuanto a logros obtenidos, prestigio, años en Primera, etc. Lo único realmente importante, es lo que se vio en el campo de juego y en ese sentido, todos coinciden en que la noche de ayer en La Paternal, no fue una más.
En las retinas de los presentes, ese gol de Leonardo Heredia en el último minuto fue mucho más que un gol. Fue un desahogo, por el rival, por la historia, por el momento en que llegó (a 5 días de jugarse la clasificación a octavos de final de la Copa Libertadores) pero sobre todo por la sensación infinita de revancha y justicia. Porque si algo sentimos todos los hinchas de Argentinos a lo largo de este año es que hubo muchos partidos donde el equipo superó a sus rivales y por esas cosas del fútbol no pudo materializarlo en el marcador y también por la incontable cantidad de veces donde fue perjudicado por errores-horrores arbitrales.
El equipo dirigido por Gabriel Milito, una vez más, mostró en el campo de juego esa idea que tanto caracteriza a este equipo: juego asociado, presión en campo rival, rotación de posiciones, defensores en zona alta y fuertes en los duelos individuales, pero sobre todo, el comportamiento y convencimiento de pensar los partidos en función de doblegar el arco contrario. Esa mentalidad que pregona hace tiempo y que tanto mencionan los jugadores en sus entrevistas post partido: “Salimos siempre a ganar”.
En cuanto al desarrollo del juego, si bien el equipo dirigido por Martin Palermo, por momentos presionó alto y trató de evitar que Argentinos pudiera realizar sus típicos inicios con pelota desde su valla, el Bicho, a pesar de no haber jugado con la comodidad que sí tuvo en otros encuentros, logró lastimar y llegar con claridad en varias oportunidades al arco rival convirtiendo a Ramiro Macagno (arquero) en figura. Antes de que llegara aquél gol agónico de Heredia, los fantasmas de partidos anteriores, acechaban y cuando parecía que iba a ser otra noche más de “merecimientos tristes”, llegó la justicia y en el final, con más empuje que fútbol, Argentinos se llevó mucho más que 3 puntos en condición de local.
Entre algunos puntos a mencionar, el “Tucu” Herrera volvió a ser titular en ese 3-3-4 que planteó el entrenador como extremo por derecha. Si bien no tuvo la claridad del uruguayo Javier Cabrera (suspendido) para llegar al fondo, encaró cada vez que pudo y por momentos preocupó a la defensa rival. Por otro lado, la inclusión de Thiago Nuss como segundo delantero yendo a los espacios, le aportó más picante en ofensiva a la delantera, con esa potencia que lo caracteriza y también mayor presión sobre la defensa rival en sus inicios. Otro gran acierto de Milito, fue incluir en esos minutos finales a Leonardo Heredia, que además de aportar mayor presencia en el área rival, fue la llave del gol en un momento complicado.
Este partido no quita que el equipo todavía tenga aspectos a corregir: La poca efectividad en relación a la cantidad de situaciones que se generan, la dependencia de Gabriel Ávalos como goleador del equipo, la baja de rendimiento en algunos partidos donde le ha tocado rotar, pero sin lugar a dudas, el partido de ayer renovó la ilusión y la esperanza de un equipo que hizo méritos suficientes para justificar grandes sueños.